Se ha sospechado que el uso de talco contribuye a ciertos tipos de enfermedades, principalmente cánceres de ovarios y pulmones. El talco que contiene asbesto se clasifica como agente del grupo 1 (carcinógeno para los seres humanos), el uso de talco en el perineal se clasifica como grupo 2B (posiblemente carcinógeno para los seres humanos) y el talco que no contiene asbesto se clasifica como el grupo 3 (inclasificable en cuanto a carcinogenicidad en seres humanos) ( todo en la lista de IARC). Las revisiones de Cancer Research UK y la American Cancer Society concluyen que algunos estudios han encontrado un vínculo, pero otros estudios no.
Los estudios analizan problemas pulmonares, cáncer de pulmón y cáncer de ovario. Uno de estos, publicado en 1993, fue un informe del Programa Nacional de Toxicología de EE. UU., Que encontró que el talco de grado cosmético que no contiene fibras similares al asbesto se correlacionó con la formación de tumores en ratas obligadas a inhalar talco durante 6 horas al día, cinco días a la semana durante al menos 113 semanas. Un artículo de 1971 encontró partículas de talco incrustadas en el 75% de los tumores de ovario estudiados. La investigación publicada en 1995 y 2000 concluyó que era plausible que el talco pudiera causar cáncer de ovario, pero no se mostró evidencia concluyente. El Panel de Expertos en Revisión de Ingredientes Cosméticos concluyó en 2015 que el talco, en las concentraciones que se usan actualmente en los cosméticos, es seguro. En 2018, Health Canada emitió una advertencia en la que desaconsejaba inhalar talco en polvo o usarlo en el área perineal femenina.
Presta atención para no inhalar o ingerir partículas de talco. Aunque el talco por sí mismo no supone los peligros del amianto, el mineral de talco puede contener minerales que sí poseen los peligros del amianto.