Para salir de las rocas de magma, la enstatita no es muy amiga del fuego. Surgida del griego “oponente” por su naturaleza refractaria frente a una llama, es bastante lustrosa y vidriosa, y ha logrado observarse incluso en trozos de meteoritos, entendiendo así que es parte de la formación temprana de silicatos cristalinos en el espacio.