Pocos cristales son tan increíbles como el cuarzo iris, ya que desprende un hermoso espectro de colores irradiado desde su interior en vez de en la propia superficie. Estos colores se deben a fenómenos de reflexión y refracción de la luz. El cuarzo iris fue descubierto comercialmente alrededor de 2006, cuando un japonés que iba de visita a la India lo encontró y concluyó que sería un gran éxito en el mercado, haciéndose muy popular en Japón.