La cuarcita es una piedra metamórfica que sale de la arenisca, pasando por procesos de presurización y calentamiento, lo que le confiere un color blanco-grisáceo y un brillo característico. Igualmente, puede tener vetas de color rosa, morado o incluso amarillo, azul o verdoso. De esta manera, pasó de ser un elemento de trabajo hace siglos a ser un elemento de decoración.