Clorita

La clorita se encuentra comúnmente en rocas ígneas como un producto de alteración de minerales máficos como piroxeno, anfíbol y biotita. En este ambiente, la clorita puede ser un mineral de alteración metamórfica retrogresiva de minerales ferromagnesianos existentes, o puede estar presente como un producto de metasomatismo mediante la adición de Fe, Mg u otros compuestos en la masa rocosa. La clorita es un mineral común asociado con depósitos de minerales hidrotermales y comúnmente ocurre con epidota, sericita, adularia y minerales de sulfuro. La clorita también es un mineral metamórfico común, generalmente indicativo de metamorfismo de grado bajo. Es la especie diagnóstica de la facies de zeolita y de la facies de esquistos verdes inferiores. Ocurre en el ensamblaje de cuarzo, albita, sericita, clorita, granate de esquistos pelíticos. Dentro de las rocas ultramáficas, el metamorfismo también puede producir predominantemente clinochlore en asociación con talco. Los experimentos indican que la clorita puede ser estable en la peridotita del manto terrestre sobre la litosfera oceánica llevada por subducción, y la clorita puede incluso estar presente en el volumen del manto desde donde se generan los magmas de arcos insulares. La clorita ocurre naturalmente en una variedad de ubicaciones y formas. Por ejemplo, la clorita se encuentra naturalmente en ciertas partes de Gales en esquistos minerales. La clorita se encuentra en grandes rocas dispersas en la superficie del suelo en Ring Mountain en el condado de Marin, California.

Varios tipos de piedra clorita se han utilizado como materia prima para tallar esculturas y vasijas desde tiempos prehistóricos.