Atacamita

La atacamita es un mineral raro, pues las condiciones de formación son muy particulares, se forma a partir de otros minerales de cobre primarios -sulfuros generalmente- por oxidación de la pátina superficial en un clima árido desértico. También se puede formar por sublimación en las exhalaciones volcánicas.

La atacamita históricamente se ha utilizado mucho comercialmente. Gracias al poder absorbente de la misma y su textura en forma de polvo, permitía secar la tinta de los acuerdos firmados con plumas rápidamente. También se usa como mena menor de cobre.

Se encuentran grandes cristales bien formados en Wallaroo (Australia). En las regiones de Antofagasta y Atacama de Chile suele encontrarse en forma de grandes agregados, aparte de ser frecuente en muchas otras partes del mundo. En Italia se encuentra asociado a las lavas del Vesubio. Este mineral de cobre se encuentra en grandes yacimientos junto con otras especies de cobre, principalmente la crisocola. Se explota exitosamente en diversos plantas hidrometalúrgicas de Chile, vigentes al 2012, como Mantos de la Luna, Mantos Blancos, Cenizas, etc. Todos estos yacimientos se ubican cerca de las costas de Chile. Antiguamente se explotaba comercialmente, por su enorme poder absorbente, como polvo para secar la tinta, con la que se escribía a pluma, para lo que se importaba desde Chile.

Fue descrito por primera vez para depósitos en el desierto de Atacama de Chile en 1801 por D. de Fallizen. El desierto de Atacama es también el homónimo del mineral.

La atacamita es una piedra poderosa, hay quienes afirman que con solo sostenerla en las manos abre el tercer ojo produciendo visiones psíquicas extraordinarias. Tiene fuerte conexión con el chakra de la estrella de la tierra permitiendo que la energía natural fluya por el cuerpo físico y espiritual. Muchos creen que estimula el sistema inmunológico y fortalece el sistema nervioso.